Tras participar en una conferencia en la universidad de Navarra (España), Harold Kroto (Premio Nobel de Química 1996) manifestó que la nanotecnología podría convertirse en el futuro en bases para la construcción de aviones tan ligeros y resistentes que en caso de que sufrieran un fallo en los motores pudieran planear y aterrizar automáticamente, o fabricar coches indeformables durante los accidentes.
El científico hizo referencia a que entre las múltiples aplicaciones de la nanotecnología existe una que promete servir como detonante de una nueva era de nanomateriales.
También dijo que en un futuro próximo debería ser posible hacer máquinas nanométricas que se introduzcan dentro del cuerpo humano para curarlo, pero antes deberían batirse algunas barreras, como el desconocimiento químico de la ciencia para comenzar a documentar los procedimientos durante el desarrollo de estas aplicaciones.
A Harold Kroto se le adjudicó oficialmente el descubrimiento de la nanopartícula de átomos de Carbono llamada Fullereno (Buckminsterfullerene), la cual como propiedad primaria desencadena un comportamiento de auto-ensamblaje por sí sola en el espacio. Por lo que pone en relieve la previsión a mediano plazo para la nanotecnología en el desarrollo de nuevos sistemas a base de materiales auto-construibles.
Como esta idea es tratada como irreal para algunos sectores científicos, es totalmente posible. Se demuestra con la observación del auto-ensamblaje que ocurre frecuentemente en el cuerpo humano a partir de una célula primaria.
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